Una proptech, es soluciona problemas del sector inmobiliario con tecnología, independientemente de la categorización que se les quiera dar: “StartUps”, Empresas en etapa temprana, proyecto empresarial, simiente de emporio corporativo — si, ese último me lo inventé yo, pero suena grandioso, y no podía desperdiciarse —, las empresas que se están creando ahora tienen claro que la tecnología, el software en gran parte, es un componente fundamental del éxito que buscan.
Puede que usen esa tecnología para apalancar el modelo de negocio proptech, o que lo hagan girar alrededor de ella, como es el caso de las empresas que tienen un producto digital tipo SaaS; todas las empresas, cuando empiezan el recorrido, llegan a un punto donde deben decir sobre el que, y el cómo de su tecnología, y es ahí donde empieza el verdadero dolor de cabeza de aquellos que, como yo, somos los responsables de dirigir el destino de dicha tecnología.
Independientemente del nivel de experiencia, no es sencillo hallar el punto donde se pueda balancear adecuadamente los intereses del negocio proptech, las prioridades del proyecto, las expectativas de los diferentes actores, y el hecho que usualmente se cuenta con recursos muy limitados.
Si lo miramos de una forma emocionalmente desligada, el proceso es relativamente sencillo, pero en la práctica, la cantidad de consideraciones, y el nivel de compromiso emocional, dificultan tomar decisiones, y en muchas ocasiones, nos lleva a conservar una sombra de duda que nos mira con reproche desde una esquina de nuestra consciencia, sobre esas decisiones.
Y ese es el punto a donde quiero llegar con todo lo que escribí anteriormente: tomar decisiones en una proptech de etapa temprana es difícil, y mantenerse sobre esa decisión es más difícil, sobre todo cuando se tiene la responsabilidad, y todo empeora si consideramos que, sobre todo al principio, no se cuenta con interlocutores adecuados.
Cuando se está rodeado de gente que cree que sabe, y saca ideas locas debajo del sombrero, o los que no saben, pero igual quieren magia; lograr sentirse satisfecho con la decisión que se tomó, es una tarea que parece estar lista para fallar. Y aquí, la posición que hace muchos años decidí tomar es “no importa”, no importa que opinen otros, que tecnologías quieran incorporar, qué grandes ideas tengan en la cabeza, si al final de cuentas, quien tendrá que hacerse responsable en el futuro, soy yo, y nadie más.
Con el tiempo me decanté por pensar que, cuando se trabaja con tecnología, lo importante es que, por lo menos al principio, la elección que se tome, resuelva las prioridades. Al principio no importa si es bonito, si es lo que está de moda, importa que resuelva el problema, y la solución no debe ser perfecta, solo debe ser suficientemente buena, porque ya habrá tiempo en el futuro, para perseguir esa perfección.
Así que no lo duden, amigos responsables de tecnología en el mundo proptech, esa idea que parece ser la ideal, seguramente lo es, por lo menos para el momento en que se encuentran, así que tómenla sin remordimiento, solo recuerden que si lo que construiste hoy, se parece a lo que tienes dentro de seis meses, hay algo que tienes que revisar con urgencia.